La tumba
de los solares de Yarza y Zubieta
Desconozco
cómo era y en qué lugar del templo de Santa María se encontraba la
tumba del linaje Adán de Yarza antes de la fundación de la villa en 1325. Supongo que, como era habitual en los
caballeros diviseros propietarios de monasterios, la tumba estaría en el ábside
o capilla mayor del monasterio
La
tumba que la casa de Zubieta tuvo en la nueva iglesia de Santa María,
construida entre mediados y finales del siglo XV, se encontraba delante de la
capilla de Nuestra Señora de la Antigua. Esta capilla estaba situada cerrando la nave lateral izquierda hasta el año 1884 en que se unieron las dos
naves laterales por detrás del ábside mediante una girola. Cerrando la nave
lateral derecha se encontraba el altar de San Pedro.
De
un testimonio dado en 5 de marzo de 1596 por el escribano Sancho Ortiz del
Puerto a petición de María Adán de Yarza, viuda de Santiago de Uribe, se pueden
extraer más datos de cómo era la sepultura de la casa de Zubieta:
“A zinco dias del mes de marco de Mill y
quinientos y nobenta y seys años [--] Presentes doña María adan de yarza Viuda
mujer que fue de santiago de Uribe sor. que fue de la dicha cassa y
solar a quien doy fe la conosco por si y como madre e lejitima administradora de Doña Magdalena
adan de yarza señora de la dha cassa y solar y torre de yarza y los demas sus
Hijos me pedio le diesse por fee y testimonio de [--] en la
yglessia Matriz de nª.
sª santa maria dela Villa de Lequeitio y dicho dia se abia zelebrado la fonrra [honra] de la nobena del dho santiago de Uribe su
marido y en continuazion y costumbre
ynmemorial y Preminencia de los dhos solares y señores de ellos se lebanto un tunbulo [túmulo] alto en la sepultura y tunba de la dha
cassa poniendo muchos paños de luto y
mucha zera y escudos de Harmas y que la missa de la fonrra [honra] se dixo en el altar mayor oficiandose del
coro mayor y los clerigos preste diacono y suvdiacono dixieron
la dha missa y se Rebestieron del brocado mayor”.
En
1602, en el contrato matrimonial acordado para el casamiento de Magdalena Adán
de Yarza y Uribe con Antonio Navarro de Larrategui, entre las propiedades de la
casa de Zubieta, aparece la tumba de la Iglesia matriz de Santa María:
“Yten tiene preminençia que su asiento en la
yglesia es junto al alcalde y en la dha yglesia tiene la tumba alta de su
sepultura donde se entierran los señores desta cassa con otras sepulturas y
entierro de sus criados y familia y en la dha yglesia que es la matriz no ay ni
puede auer otra tumba y asi esta es de mucha calidad.”
Entre
los años 1607 y 1608 se siguió un pleito entre los señores de Yarza y Zubieta,
Antonio Navarro de Larrategui y su esposa Magdalena Adán de Yarza, y Domingo
Abad de Arrieta, beneficiado de la iglesia de Santa María de Lekeitio. La razón
del pleito era que los señores de Yarza y Zubieta pretendían que, el preste,
acabada la misa de los días festivos, se acercase a la sepultura de la casa de
Zubieta y diese un responso ante ella, cosa a la que Domingo Abad
de Arrieta se negaba porque dicho responso se debía dar en las sepulturas de
todos los difuntos habidos dentro del año, no solo en la de Zubieta , punto que
se halla en el documento siguiente:
“los dias de fiesta
luego que se acaba la missa conbentual a tal dia el preste que dezia la dha
missa iba a las sepulturas de los difuntos entre año con agua bendita que la
llevava un muchacho y dezia en cada una de las diças sepulturas responso de
difuntos, lo cual duro hasta en tiempo del Liçendº. Martin de Lariz benefiçiado
y bicario que fue dela dha yglª. y visitador Gl. que fue deste obispado que se
dexo esta costumbre por ser contra rito y ceremonia romana que manda que en
acabandose la missa conbentual el preste que la celebra con sus diaconos baya
via recta ala secristia y todo el dho pueblo dela dha villa vino en ello por
ser diçho rito romano”.
Domingo
Abad de Arrieta tubo que desistir en el pleito: “por respeto y miedo del dho Liçendº. Lariz que en aquel tiempo hera
benefiçiado y bicario dela dha yglessia tenia de su mano y a su orden todo el
cabildo dela dha Yglessia y se dexo vencer sin alegar ni provar su justiçia por
no tomar asu costa el pleito tocante a todo el dho cabildo en comun y por
respeto al dho Liçendº. Lariz y poderio del dho secretario Don Antonio Navarro
de Larategui “.
En 1657, comienza un largo pleito entre Antonio Adán de Yarza y Larrategui y el concejo de la Villa de Lekeitio, pleito que llegó al Tribunal de la Rota y duró hasta el año
1668, debido a que aquel pretendía preeminencias y honores en la Iglesia Parroquial
de Santa María de la villa de Lekeitio. Privilegios que de hecho, aunque
no de derecho, habían gozado hasta esa
fecha los señores de Yarza y Zubieta en la iglesia de Santa María.
Estas preeminencias que pretendían
mantener consistían en: a) tener tumba levantada, en la nave del Altar de
Nuestra Señora de la Antigua, en la cual se enterraban
los señores de la casa de Zubieta; tumba que el
concejo de la villa había mandado quitar; b) tener escudos con las armas de las casas de Yarza y Zubieta sobre la
mencionada tumba; c) que acabada la misa, el preste, diese responso en la tumba
de la casa de Zubieta; d) preeminencia de asiento en la iglesia de Santa
María de Lekeitio, sentándose junto al Alcalde de la villa; e) caminar, en las procesiones y actos
públicos, al lado derecho del alcalde del Regimiento de la villa; f) que en el
altar mayor de la Iglesia
de Santa María de Lekeitio se celebrasen únicamente misas en sufragio de los
difuntos de la casa de Zubieta; y g) entrar en la iglesia, ofrecer y tomar la
paz antes que cualquier otro vecino.
De las declaraciones de los testigos en el mencionado pleito
se pueden extraer datos que hacen referencia al lugar en el que se encontraba
la sepultura de la casa de Zubieta y a los problemas que causaba en la normal
celebración de las procesiones:
“la tumba de sobre la sepultura de diçho don Antonio Addan esta en una
nabe colatheral de la dha yglessia que se dice la nave de nuestra señora la
antigua en area y suelo propio della en yglessia abierta y no en capilla
particular cerrada delante de la dha ymagen la antigua, y que impide el
servicio del dho altar y es passo de las procesiones del dho cabildo y pueblo,
y particularmente en las del juebes stº. santisimo sacramento, y en las dela
cofradia [--] y es
cierto que la dha tumba estorba y causa fealdad y deformidad dela dha yglessia
la cual es un templo sumptuoso”. “que al tiempo que an de andar las proçesiones los bancos
que estan en la capilla de sr. san Pedro los quitan y queda la colatheral de
sr. san Pedro con mas capaçidad que la colatheral del altar de nuestra señora
por el estorbo que haçe la tumba que
esta enfrente del altar de nuestra señora”.
Finalmente los Adán de Yarza perdieron el pleito por sentencia del
Tribunal de la Sagrada Rota , dictada en Roma a 3 de
agosto de 1668. Ejecutoría en la que se condena en costas a Antonio Adán de
Yarza, y sentencia: que no pudiese sentar
en la Iglesia
Parroquial Santa Maria de la Villa de Lequeitio inmediato al Alcalde, ni
marchar en las procesiones a la derecha de los regidores, ni su mujer con
preferencia a las demás en la Iglesia y fuera; no tuviese Tumba en la Nave del Altar de Nuestra
Señora de la Antigua; que no fuese el Preste revestido después de las Misas
mayores, a echar el responso a dicha tumba; y que se celebrasen en el Altar
mayor Misas en sufragio de todos los difuntos.
De todo lo alegado por los señores de Zubieta en este pleito se deduce que lo que pretendían era gozar de privilegios que únicamente tocaban al patronato de Santa María de Lekeitio, patronato que desde 1325 se encontraba en manos dela villa. La ostentación pública
de estos privilegios escenificaba el poder social de los señores,
haciendo patente su posición dominante en la comunidad. La
pérdida de estos privilegios conllevaba el desprestigio y, en cierta medida, la
desobediencia hacia el poder de los Parientes
Mayores.
De todo lo alegado por los señores de Zubieta en este pleito se deduce que lo que pretendían era gozar de privilegios que únicamente tocaban al patronato de Santa María de Lekeitio, patronato que desde 1325 se encontraba en manos de
Iñaki Madariaga Valle