5- MERCEDES REALES Y SERVICIOS

Mercedes reales concedidas al linaje de Adán de Yarza


Las mercedes eran concedidas por el Señor de Bizkaia o por el rey en pago de los servicios prestados, generalmente en campañas militares, en diferentes épocas; mercedes reales que en principio fueron de carácter vitalicio para el jefe de linaje de cada época.
Con las mercedes reales de carácter vitalicio, en las que únicamente el beneficiario de la merced gozaba de ella y de sus rentas, el linaje, se veía obligado a seguir prestando servicios y fidelidad a los señores o reyes si quería que se le confirmase la merced generación tras generación; quedando de este modo el linaje sometido al rey de Castilla, Señor de Bizkaia.
Al morir el beneficiario, la merced concedida volvía a las arcas reales, tras lo cual el rey podía cedérsela a otro linaje.En las mercedes perpetuas, por juro de heredad para siempre jamás, la merced pasaba a formar parte del patrimonio del linaje, la podían incluir en sus mayorazgos o enajenar libremente, pudiendo cedérsela a otro linaje.
Aún así, las mercedes perpetuas, podían ser recuperadas por la Corona cuando el linaje beneficiario perdía el favor del rey.Ya hemos visto los pormenores de la merced del oficio de preboste de la villa de Lekeitio que los reyes de Castilla hicieron en el linaje Adán de Yarza. Ahora veremos otras mercedes reales que disfrutaron.

Los diezmos de Santa María y sus anexas
Con la fundación de la villa de Lekeitio, María Díaz de Haro, dotó a la iglesia de Santa María con la jurisdicción sobre las anteiglesias de Mendexa, Ispaster, Bedarona, Gizaburuaga y Amoroto, las cuales formaron desde entonces parte de la parroquia de Santa María, y en ella contribuían con los diezmos de sus cosechas y ganados.
A partir de la fundación, el patronato de la iglesia de Santa María estuvo en manos del concejo de la villa. De los diezmos que generaban sus parroquianos correspondían 2/3 a la villa, por concesión de Mª Díaz de Haro, y la tercera parte restante a la Señora de Bizkaia.
  El oficio de preboste de la villa de Lekeitio y la tercera parte de los diezmos de la iglesia de Santa María, fueron cedidos en el siglo XIV por merced real, independientemente y en diferentes fechas, a los solares de Yarza y Zubieta por los servicios prestados al Señor de Bizkaia en diferentes épocas; mercedes reales que en principio fueron de carácter vitalicio para el jefe de linaje de cada época.
Ambas mercedes reales fueron confirmadas a favor de Francisco Adán de Yarza en el siglo XV, por merced real perpetuamente por juro de heredad para siempre jamás, pasando a considerarse divisas propiedad de las casas de Yarza y Zubieta, propiedades que iban pasando en herencia de un jefe a otro del linaje, como atestiguan varios documentos de 1487 y de 1493 en los que se les confirman respectivamente la tercera parte de los diezmos y el título de preboste como de caballeros diviseros. Documentos estos en los que se subraya que las dos mercedes las tenían los Adán Yarza desde tiempo inmemorial.

Juro de lanzas y ballesteros mareantes
Consistía en una renta o asignación perpetua en metálico, otorgada por el rey. Cada vasallo del rey de Castilla recibía una renta anual, denominada en Castilla Juro de lanzas y ballesteros, con la que debía mantener un número determinado de hombres armados para, en los conflictos armados, acudir con ellos en apoyo del rey. El rey se aseguraba así las prestaciones de los señores (vasallos) en un futuro. Prestaciones que correspondían, generalmente, a servicios de carácter militar.
Rodrigo Adán de Yarza, recibió del rey, por medio de un albalá, de 12 de julio de 1468 le nombra, a Rodrigo Adán de Yarza, su vasallo y le hizo merced de ”los dichos dies mill e dosientos maravedis de tierra para la dicha una lança e dies vallesteros, e los dichos dos mill e quinientos maravedis, de los dichos mis libros e nominas de las mercedes de por vida, e los pongades e asentades en ellos al dicho Rodrigo Adan de Yarza, para que aya e tenga de mi todos los dichos maravedis de tierra e merçed, situados señaladamente en las rentas e logares que el dicho Ochoa Lopes su padre los de mi avia e tennia”.
El 20 de julio de 1485, los derechos de vasallo mareante de Bizkaia que había ostentado Rodrigo Adán de Yarza, pasaron, mediante carta vizcaína, a su hijo mayor Francisco Adán  de Yarza.

El monasterio de San Miguel Ereño
En 1383 Adán el viejo era patrono de San Miguel de Ereño por los 300 maravedís de su renta, de modo que el desarrollo de su casa hacia el occidente alcanzaba hasta la tierra más inmediata al solar de Arteaga, constituyendo una probable base de discordia para los dos linajes.
Rodrigo Adán de Yarza, recibió, por carta vizcaína de 14 de julio de 1468, como todo heredero del solar de Yarza, diez mil doscientos maravedís situados concretamente en “5 mill maravedís en la prebostad de Lequeitio con el peaje; dos mil en la rueda de Enmedio, que es en la artiga de Lequeitio; dos mil en el monasterio de S. Miguel de Ereño; 1200 en los labradores de Igotz, Zornotza y Gerrikaitz, y los mortuorios poblados ”.
Por cédula real dada en Medina del Campo el 12 de junio de 1494, a Francisco Adán de Yarza, como jefe de linaje de los solares de Yarza y Zubieta, se le confirmaron sus antiguos derechos de patronato perpetuo sobre el monasterio de San Miguel de Ereño, y la Alcaldía del Fuero de Vizcaya.
Tras la muerte de Santiago de Uribe en 1596, su esposa Magdalena Adán de Yarza e Idiaquez había cedido la administración del patronato de San Miguel de Ereño al General Juan de Urive y Apalloa, hermano de su esposo, con la condición de que, cuando su hija Magdalena Adán de Yarza y Uribe se casase, se lo debía entregar a esta como heredera que era de los solares de Yarza y Zubieta, cosa que así cumplió el mencionado Juan de Uribe y Apalloa cuando Magdalena Adán de Yarza y Uribe se casó con Antonio Navarro de Larrategui.


Los servicios prestados al rey por los Adán de Yarza

Guerra de Granada
En 1487, el rey de Castilla, reconoce los servicios prestados por Francisco Adán de Yarza y sus antepasados en la Guerra de Granada: Francisco Adam de Yarza, fijo legitimo de Rodrigo Adam de Yarza, nuestro vasallo, dueño de la casa e solar de Cubieta, en el nuestro Señorío de Vizcaia, nos fue fecha relacion quel dicho vuestro padre e Ochoa Lopez de Yarza, vuestro aguelo, e Juan Garzia de Yarza, vuestro bisaguelo, nos habían servido e vos vltimamente embiando algunos balles­teros e peones a vuestra costa a la guerra que nos fazemos por defension de la fee a los moros de Granada.

Invasión del reino de Navarra
Siendo regente de Castilla Fernando el Católico, el 21 de julio de 1512, Fadrique Álvarez de Toledo, duque de Alba, dirigía la invasión del reino de Navarra al frente del ejército castellano, y el día 25 de este mismo mes conseguía la rendición de Pamplona. A mediados de octubre del mismo año Juan de Albret, rey de Navarra, penetró en su reino al frente del un ejercito de liberación formado por navarros, gascones, bearneses y lansquenetes (mercenarios alemanes e italianos). Para el 3 de noviembre ya había cercado Pamplona, pero este ejército no fue capaz de entrar en la capital y con ello fracasó el intento de liberación del reino de Navarra.
Varios autores hacen mención a que los Adán de Yarza de Lekeitio acudieron en 1512 a socorrer la capital navarra, la cual se hallaba cercada por tropas francesas, pero lo cierto es que Navarra había sido invadida y ocupada por el ejército castellano y, en un intento de liberación, la capital navarra se hallaba cercada por las tropas de Juan de Albret, rey de Navarra. Los Adán de Yarza, como vasallos del rey de Castilla, se pusieron al servicio de Fernando el Católico en la guerra de invasión y ocupación que este libraba contra el reino de Navarra.
Fueron dos mil los hombres solicitados por el rey de Castilla a Bizkaia para la invasión de Navarra en 1512. De estos, mil iban a las órdenes del ballestero mayor Martín Ruiz de Abendaño y otros tantos al mando de Gómez de Butrón.
Cada vasallo del rey de Castilla recibía una renta anual (Juro de lanzas y ballesteros) con la que debía mantener un número determinado de hombres de armas para, en los conflictos armados, acudir con ellos en apoyo de dicho rey.

Guerra de las Comunidades
En 1521, durante la Guerra de las Comunidades, el rey Carlos I, había mandado formar un ejército de gente de caballo e de pie, el cual se debía juntar en Burgos el 20 de febrero de ese año. Para ello había mandado llamar a algunos grandes y caballeros de sus reinos. El 2 de febrero 1521, Iñigo Fernández de Velasco condestable de Castilla, por orden del rey, solicitó de Francisco Adán de Yarza que se presente en Burgos, el día 20 de febrero, trayendo gente de vuestra casa y parientes, la más bien dispuesta y mejor armada que pudiere ser, para servir a su majestad luchando contra el Obispo de Zamora y a otros traidores que luchan con él.
Según le informaba el Condestable, Mar­tín Sáez de Recalde le daría 300 ducados para que con ellos pudiese llevar a toda su gente, y le pide que la mencionada gente sea lo mejor armada que podáis, que aunque no sean tantos como quisiéredes y podriades mas quiero pocos y buenos y bien armados que no muchos y no tales.
Asimismo le manda recoger en Bilbao dos cañones para llevarlos hasta Burgos. Según el Condestable, Francisco Adán de Yarza, cumplió el mandato de su majestad acudiendo con gente muy bien armada de co­seletes e picas y escopetas, el número de los cuales se hallará por los alardes o libros de su mag.d con los cuales vino dende viluao hasta Aratia con artillería donde ella se perdió, y de allí vino a Burgos con la dicha gente e fue conmigo e anduvo e servió muy bien a su mag.d en todo lo que pasó.
Francisco Adán de Yarza tomo parte en la batalla de Villalar. Tras la derrota del movimiento de las Comunidades castellanas en Villalar el 23 de abril de 1521, sus principales dirigentes fueron ejecutados.

Socorro a San Sebastián
En octubre 1521 se encontraba San Sebastián cercada por las tropas del rey Enrique II de Navarra, en uno de los intentos por recuperar el reino usurpado por Castilla en 1512. Francisco Adán de Yarza la socorrió por mar llevando más de 500 hombres, con lo que se alzó el asedio, pero con tan mala fortuna que al salir de ella fue hecho prisionero por los franceses en la mar, quienes le llevaron cautivo a una fortaleza de Francia en la que estuvo retenido seis meses y le costaron el rescate y los daños más de 3.000 ducados.

Escolta a príncipes de Francia
En 1524, el monarca Francisco I de Francia, organizó un ataque contra Milán, quedando cercados en la ciudad de Pavía un grupo de las tropas imperiales españolas capitaneado por el navarro Antonio de Leyva y el marqués de Pescara. Los españoles cercados se prepararon y salieron de la ciudad a combatir. En una de estas batallas fue hecho prisionero el monarca francés (24 de febrero de 1525). Por posterior concordia (14 de enero de 1526) se establecían entre los reinos de Francia y España ciertas condiciones a satisfacer por parte francesa a cambio de la libertad del rey francés, para su liberación dejaba este, como garantía, en el castillo de Pedraza a sus dos hijos mayores. Al acordarse por la Paz de Cambray, en 1530, que los hijos del rey Francisco I de Francia recobraran la libertad mediante el pago de un rescate de dos millones de escudos de oro, de orden del Condestable de Castilla, sería precisamente el propio Francisco Adán de Yarza quien acompañara a los príncipes, asistiéndoles en el viaje de regreso a su patria, tras haberse pagado el mencionado rescate.

Socorro a Navarra
En un documento de 1608 se dice que, sin precisar el año, Martín García Adán de Yarza fue con mucha gente a socorrer a Pamplona e Navarra en la entrada que hizieron los françeses.

Servicios en la Armada Real
Rodrigo Adán de Yarza e Idiaquez, hijo de Martín García de Yarza y de Ana Pérez de Idiaquez y Lili. Fue Almirante y, por muerte de Pedro Meléndez, obtuvo el mando de la armada que se había juntado en Santander para trasladarse a Flandes; pero la peste que se introdujo en ella y el mal tiempo desbarataron este proyecto.
También fue Cabo y Capitán General de las costas de Gipuzkoa, Bizkaia, Asturias y Galicia hasta Portugal.
Casó con María de Lecaya, natural de Berriatua, no tuvieron descendencia. Tuvo un hijo natural con María de Irarrazabal, llamado Rodrigo Adán de Yarza. Murió entre 1581 y 1582.


Iñaki Madariaga Valle